viernes, 22 de mayo de 2009

Charla de madhava del 13 de Mayo del 2009 en Mendillorri /(Pamplona)

CHARLA DE MADHAVA DIA 12 DE MAYO DE 2009


Hablaremos sobre Yoga. Desde nuestro punto de vista, lo que nosotros entendemos por Yoga, decimos que “Es la unión consciente con la esencia de uno mismo” encontrar la Verdad de uno mismo, eso que en nosotros está siempre, no cambia, mientras que todo lo demás está constantemente cambiando; y por eso todas las prácticas y todas las técnicas de yoga van dirigidas a conseguir este objetivo: Encontrar la Verdad de nosotros mismos, hacernos conscientes, percibirla y por último realizarla.
Eso es importante recordarlo siempre. Es decir, ¿qué es lo que yo busco aquí y qué es lo que tengo que alcanzar? ¿por qué? Porque siempre que vamos de viaje tenemos que saber a dónde vamos para establecer la ruta; si uno está de viaje y no sabe a dónde va está perdido.
Y eso es lo que ocurre muchas veces con el yoga, que la gente está perdida porque no sabe a dónde va: Empieza a hacer cosas y cosas: “¿Y para qué haces esto?” Y dice: “No sé… me han dicho que es bueno…”
Y por eso es muy importante saber siempre a dónde vamos, cual es el camino y qué tenemos que hacer en ese camino; para dar todos los pasos necesarios.

En este camino hay dos etapas muy importantes y necesarias que hay que construír:
La primera es la paz interior y la segunda es el silencio. Pero no podemos hablar de silencio mientras no haya paz; porque ¿cómo va a haber silencio en el conflicto? en el conflicto hay ruido; primero tenemos que eliminar el conflicto para que luego podamos trabajar para construir la paz; son las dos condiciones sin las cuales no podemos llegar a la meta del Yoga; y por eso al principio todas las técnicas y todas las prácticas que se hacen van dirigidas a construír la paz; aunque uno no lo sepa.

Uno llega a la escuela y le enseñan a respirar, a hacer posturas, a relajarse, y dice: “Uy, qué bien, qué bueno es esto, qué bien me encuentro, qué a gusto salgo…” y poco a poco, haciendo esas cosas, la vida se va transformando, tambien va cambiando; incluso la vida de los que están a nuestro alrededor que no hacen nada; algo se les contagia, ¿o no?.

Al principio uno no sabe bien de qué va esto, pero a medida que vamos practicando nos tenemos que ir aclarando. Todo el trabajo del yoga y la utilización de las técnicas y las prácticas van dirigidas a construír la paz.
Claro que en ese construír la paz vamos teniendo tambien otros resultados a nivel físico, a nivel emocional, a nivel de la mente... todo se va tranquilizando, el cuerpo funciona mejor… se curan hasta las enfermedades. Pero el yoga no tiene nada que ver con la terapia; aunque como consecuencia de la práctica se produzcan unos beneficios en este sentido.
La utilización de las técnicas de yoga van dirigidas a conseguir un objetivo. Pero las técnicas de yoga son las herramientas del yoga; a veces uno confunde las técnicas con el yoga; la práctica de las técnicas con el yoga, y no tienen nada que ver.
Todo oficio, todo arte, tiene una serie de herramientas: Si uno es cirujano tiene una serie de herramientas que le van a ayudar a hacer su trabajo: las pinzas, las agujas, el bisturí… pero eso no son la cirugía, son las herramientas. Si llevamos el coche al taller veremos que tienen un panel lleno de herramientas para permitir al mecánico hacer su trabajo; pero las herramientas no son la mecánica; ni las herramientas son inteligentes y saben lo que tienen que hacer. Si llevas el coche al mecánico, pone una llave encima del motor y dice “a ver…” la llave no sabe qué tiene que hacer. ¿Quién tiene que saber lo que tiene que hacer con la llave? El que la usa, el mecánico.
Pues las técnicas de yoga son las herramientas del yogui. Y tampoco son inteligentes y no saben lo que tienen que hacer. ¿Quién tiene que saber lo que tiene que hacer con ellas? El que las usa.
Yo me siento y empiezo a hacer… (respira tipo khapalabati) ¡y ya está! y esto que he hecho ya sabe donde me tiene que llevar ¡pues va a ser que no!, va a ser que no tiene ni idea, soy yo el que tiene que saber qué hacer con esto, con las técnicas.
Eso es importante porque si no las uso correctamente es como si el mecánico no sabe qué hacer con las herramientas; estropea el coche. Pues nosotros lo mismo, si no usamos correctamente las técnicas en vez de conseguir el objetivo que buscamos pues igual lo estropeamos. No es hacer técnicas y técnicas sin más lo que nos va a dar los resultados.
Patanjali fue un Maestro que sintetizó el yoga en cinco libros de Sutras. Los sutras son frases cortas que se aprendían de memoria porque en aquéllos tiempos no había libros ni había bolígrafos, había que aprender las cosas de boca a oído, de memoria, como la tabla de multiplicar; aquello tambien se aprendía cantando, el maestro repetía las frases, los sutras, y los discípulos las repetían cantando y así se aprendían de memoria. Ahí está toda la síntesis del Yoga.

Y uno de estos sutras dice que las técnicas no nos llevan a la realización; es decir, no nos llevan al yoga, lo único que hacen es preparar el terreno; igual que un labrador, para que el campo le dé la cosecha lo tiene que arar, prepararlo; pero si solo mueve la tierra, la abona, eso no da la cosecha, además tendrá que sembrar, que vigilarlo. Pues nosotros lo mismo, si usamos solo las técnicas lo único que estamos haciendo es preparar el terreno; ¿para qué? ¿para qué uso yo las técnicas? ¿para qué?

Primera estación, o primera etapa: Construír la paz, la paz interior. Si no hay paz, ya podemos olvidarnos del Yoga. Eso es fundamental. ¿Y qué es la paz? ¿cómo se hace la paz?
Eso debe ser un secreto, porque todos los conflictos… (no se entiende)

- “Por medio del amor, será, no?” – intervención de una persona.

Del amor nada. Para que haya amor primero tiene que haber paz; si no hay paz no hay amor; ¿por qué? porque el amor viene después. Si tuviésemos amor no habría conflicto, lo cual es un problema. Bueno, amor sí que hay, pero escondido; y no sabemos lo que es, por eso tambien tenemos que descubrir lo que es el Amor. Pero lo primero que tenemos que hacer para descubrir lo que es el Amor es construír la paz.
¿Dónde venden paz? En algún supermercado, en alguna multinacional… pues venga, toneladas de paz.

Para conseguir la paz, es algo muy sencillo, hay que eliminar el conflicto; eliminas el conflicto ¿y qué es lo que queda? si quitas el conflicto queda la paz. Y nosotros ¿estamos en conflicto, sí o no?

- “A ratos” – intervención de otra persona

¡Cómo que a ratos! ¿a ratos más, y a ratos menos? Nosotros somos un conflicto con patas. El problema está ahí, las personas no son malas, hay pocas malas, alguna ya habrá pero la mayoría no son malos, pero como están llenos de conflictos, cuando sale el conflicto fuera, al que le coge le hace daño; al que lo lleva y al que está delante, cuando sale le salpica. Si yo tengo conflicto y sale te salpica y cuando sale el tuyo me salpica a mí y así nos vamos haciendo daño por la vida.
¿Qué es la guerra? El resultado de todos esos conflictos que tenemos cada uno que salen y salpican alrededor. Entonces lo que tenemos que hacer es construír la paz ¿y cómo hacemos esto? ¿dónde reside el conflicto?.
El conflicto reside en el juego de las emociones. Las emociones generan deseos, los deseos generan apegos y los apegos generan sufrimiento. Por tanto donde hay emociones siempre hay sufrimiento, por los deseos y el apego. Y hay conflicto. Entonces, ¿cómo solucionamos esto? porque claro, hemos desarrollado un poder sobre el cuerpo físico que nos obedece bastante; le digo al dedo: “Toca la punta de la nariz, ahora la oreja derecha, ahora la izquierda…” ¡ves qué bien!

Ahora le digo a la emoción; tengo miedo y le digo: “Hala, vete”, y va y se va. Estoy enfadado y digo: “Venga, que no quiero estar enfadado, fuera” Y me hace caso. Estás triste y dices: “Venga, que no quiero estar triste, hombre” Y qué, y te pones contento… ¡pues va a ser que no! ¿por qué? porque las emociones no nos obedecen.
¿Cómo vamos a solucionar el conflicto que se genera por el juego de las emociones si no nos obedecen?
Pues tendremos que buscar algún otro mecanismo ¿no?

El cuerpo físico ya nos obedece algo, si hubiese una conexión entre el cuerpo físico, el cuerpo emocional y la mente podríamos utilizar el cuerpo físico para indirectamente actuar sobre las emociones. Y si lo pudiésemos hacer, pues si directamente no puedo decirle al miedo que se vaya, indirectamente igual puedo hacerlo…
Y es por eso que las prácticas de yoga comienzan con el cuerpo físico. El cuerpo físico es el cuerpo de la acción, y qué ocurre, que este lo puedo, a lo largo de los miles de años que llevamos aquí, pues ya hemos adquirido un cierto poder sobre el cuerpo físico, pero sobre los otros aspetos, sobre las emociones y la mente no tenemos ningún poder, tenemos que utilizar el cuerpo físico para indirectamente influír en las emociones y en los pensamientos.
¿Y cómo hacemos esto, cuál es el nexo de unión entre lo físico y lo psicológico, dónde está ese puente que une lo físico con lo psicológico, de tal manera que todo lo que hagamos con el cuerpo físico se refleja en lo psicológico y al revés, todo lo que ocurre en nuestros pensamientos y en nuestras emociones se refleja en el cuerpo físico y se somatiza? ¿Dónde está el puente?

- “En la mente” – tercera intervención

Pues va a ser que no; porque si tenemos que influír en la mente, ¿cómo la mente va a ser el puente?

Nosotros tenemos un sistema nervioso que es doble: El Sistema Nervioso Central y el Sistema Nervioso Neurovegetativo. El Sistema Nervioso Central está formado por los órganos de la cabeza, la médula espinal y los nervios que salen de ahí.
Entonces la energía que va por el Sistema Nervioso Central, la que sale de las neuronas, de los centros hacia el exterior, es una energía motora. Cuando sale la energía el cuerpo se mueve.
Cuando esa energía vuelve, lleva la información de lo que ocurre fuera, lleva la sensación. Cuando sale es motora, cuando vuelve es sensora, lleva la sensación, la información de lo que ocurre. Me pego en la mano y aquí siento el golpe porque la energía nerviosa cuando vuelve, a los centros, a la médula espinal, lleva la información del golpe. Siento el golpe en la mano pero donde está llegando la información no es en la mano sino en las neuronas.
Pues este es el Sistema Nervioso Central. ¿Qué ocurre si en un accidente se rompe el Sistema Nervioso Central, por ejemplo se parte la médula espinal? Pues que de ahí para abajo se queda sin movimiento el cuerpo y sin sensibilidad: Se ha roto el circuito.

Por otro lado tenemos el Sistema Nervioso Neurovegetativo. Vegetativo significa, viene, de vida. Es el Sistema Nervioso de la Vida, es el que dirige la vida y mantiene la vida de nuestro cuerpo; mantiene nuestro cuerpo vivo y funcionando, es el que dirige la construcción de las células, los tejidos, los órganos, los sistemas, el funcionamiento de todos los sistemas: Digestivo, circulatorio, nervioso… todos los sistemas están enlazados.
Hemos comido al mediodía, hemos hecho la digestión, ¿habéis intervenido en esto? ¿habéis dirigido al estómago? “Ahora tienes que hacer esto, segregar este jugo…” Pero se ha hecho y se está haciendo, los nutrientes son absorbidos por la sangre, van a las células y allí se hace el metabolismo: Millones y millones de reacciones químicas que se están haciendo constantemente en nuestro organismo se hace solo. Parece ser que sí, porque como no intervenimos… pues no, no se hace solo, hay algo que dirige, hay algo que controla eso.

¿Quién es el que dirige y controla el funcionamiento, y por tanto la vida del cuerpo? El Sistema Nervioso Neurovegetativo; por lo tanto la energía que va por el Sistema Nervioso Neurovegetativo es una energía inteligente, es la que le dice al órgano lo que tiene que hacer, la que le dice a la glándula la hormona que tiene que segregar y cuándo, y en qué momento, no cuando se le antoja. Hay una inteligencia innata, una inteligencia no nacida, en nosotros, que es la que dirige todo este proceso, el proceso de la vida del cuerpo. Esa es la Inteligencia Universal, la Madre Naturaleza o la Energía Divina, la que dirige la vida de nuestro cuerpo, mantiene nuestro cuerpo vivo y hace que el cuerpo se regenere si le dejamos, si le dejamos actuar; porque con esa inteligencia pequeñita que hace que nos sintamos omniscientes, que sabemos todo, nadie nos tiene que decir nada, interferimos el funcionamiento de la inteligencia innata, es decir de la que dirige la vida, y al interferir su trabajo construimos la enfermedad. Bien, pues algo tendremos que aprender de esto…
El Sistema Nervioso Neurovegetativo sigue funcionando cuando se rompe el Sistema Nervioso Central. Una persona se queda parapléjica o tetrapléjica pero su cuerpo sigue vivo, sus órganos siguen funcionando, las funciones se siguen realizando en su cuerpo porque el Sistema Neurovegetativo no está roto, sigue manteniendo el cuerpo vivo. El Sistema Nervioso Neurovegetativo es inconsciente, no podemos intervenir ahí directamente; y es automático, funciona sin pedirnos permiso, y menos mal; menos mal.
Y tiene dos ramas: Simpático y Parasimpático, que son antagónicas; antagónicas quiere decir que este hace una función y el otro la contraria.

Cuando la energía va por el Simpático ¿qué ocurre? Los músculos se contraen, la mandíbula se aprieta, la boca se seca, se bloquea el diafragma, se bloquean los organos digestivos, la respiración se hace superficial, con la parte alta porque está el diafragma bloqueado; no nos llega el aire, tenemos que respirar más veces y decimos: “Estoy nervioso”. Nerviosos estamos siempre; diferente forma de estar nervioso.

Cuando funciona el Parasimpático ¿qué ocurre? Todo lo contrario: Los músculos se relajan, la boca se llena de saliva, el diafragma se relaja, se puede hacer perfectamente la digestión, se respira amplia y profundamente; y por tanto más despacio; entra más aire, tomo más oxígeno, nos relajamos.
Cuando funciona el Simpático el cuerpo se rompe; se estimulan las funciones destructivas del cuerpo, catabólicas; cuando se relaja el cuerpo se estimulan las funciones anabólicas, de regeneración. Por eso necesitamos descansar con urgencia, porque toda la destrucción que vamos produciendo durante las horas de actividad tenemos que regenerarla durante las horas de descanso. Si quitamos horas de descanso qué ocurre, que vamos acumulando decrepitud. El rompimiento del cuerpo se llama decrepitud, por eso la tensión, el estrés, una palabra inglesa que significa tensión; una tensión acumulada y mantenida durante un período de tiempo más o menos largo produce la aceleración de la decrepitud.
Una persona de 45 años que los últimos 20 ha estado en tensión, en estrés, puede tener el cuerpo de una persona de 80 años: Roto, decrépito, porque no ha regenerado lo que ha destruído en los momentos de tensión.
Como no ha habido momentos de descanso, de relajación, pues no hay regeneración, y es que la única curación que existe es la regeneración del cuerpo; no hay curación sin regeneración y la única regeneración que se produce en el cuerpo es pasando por el Parasimpático, por la relajación del cuerpo, por el descanso. Ahí se activan los procesos constructivos del cuerpo, es decir el médico interno; el médico interno es el que cura; a ese los antiguos griegos le llamaban “physis”; la physis es la energía curativa del cuerpo, por eso a los antiguos médicos les llamaban físicos. “Vamos a avisarle al físico que está enfermo”. Porque trabajaba con la physis, con la energía de la regeneración del cuerpo; si esa energía desaparece nuestro cuerpo se va destruyendo cuesta abajo hasta la muerte.

Si por el contrario activamos la energía de regeneración el cuerpo se va regenerando, se va curando.
¿Con cuál de los sistemas tenemos que funcionar para esto? Con el Parasimpático. Por eso cuando uno va al médico le manda a la cama. Cuando te metes en la cama descansas; y si descansas se activan los procesos de regeneración del cuerpo; hay que activar esos procesos.

Pues esto que hemos dicho, que funciona automáticamente e inconscientemente, es el nexo de unión entre lo físico y lo psicológico. Cada vez que tenemos una emoción, automáticamente se activa el Sistema Nervioso Neurovegetativo: Si tenemos miedo cómo estamos, ¿relajados o en tensión? Si deseas algo con fuerza ¿cómo estás, tenso o relajado? Si estás bajo los efectos de la sexualidad, ¿cómo estás? Como una moto. Si os enfadáis, si tenéis envidia, celos, si estáis tristes… ¿cómo estáis, tensos o relajados?.

Todas las emociones producen una estimulación del Simpático y por lo tanto un estado de tensión. Cuanto más intensa sea la emoción, más tensión. Las emociones generan deseos, el deseo nos lleva hacia donde está el objeto del deseo, eso crea ansiedad; deseas algo y hasta que lo consigues estás ansioso, en tensión.
Cuanto más en tensión estás, más intensas son las emociones, más conflicto. Fijaros cómo una emoción te pone en tensión, algo emocional produce un efecto físico.
¿Cuál es el puente? El Sistema Nervioso Neurovegetativo.

Si hubiese una forma en la cual yo pudiese intervenir en el Sistema Nervioso Neurovegetativo, que ya hemos dicho que es inconsciente, conscientemente no obedece. Si hubiese alguna fórmula con la cual pudiésemos intervenir aquí sería fantástico. Cambiar la energía del Simpático al Parasimpático y producir ese estado de relajación.
Bueno, pues el que nos hizo, previendo que algún día tendríamos que hacer yoga, nos dejó una llave para poder trabajar, y esa llave es la única función del cuerpo que puede ser voluntaria o involuntaria, porque todas las demás funciones del cuerpo son involuntarias y están entrelazadas unas con otras, y la única que puede ser voluntaria es la respiración.

Ahora estás aquí escuchando y estás respirando pero no eres consciente, ¿Quién dirige la respiración? Pues el mismo que dirige el corazón, el estómago, las glándulas de secreción interna… El Sistema Nervioso Neurovegetativo; pero ahora os habéis acordado… ahora, ¿quién dirige? Estás tú dirigiendo; la respiración es la única función que puede ser voluntaria o involuntaria, pero como todas las funciones del cuerpo están entrelazadas, si yo cambio el ritmo respiratorio, si cambio el ritmo cardíaco, por lo tanto la circulación de la sangre, tambien pueden acelerarse o disminuir todos los procesos metabólicos; se aceleran o se ralentizan según la forma de respirar.

Fijaros bien porque cuando funciona el Simpático respiramos con el diafragma bloqueado, cuanto más “simpáticos” más jadeantes; si funcionamos con el Parasimpático la respiración es profunda y amplia.
Como yo puedo cambiar, me sorprendo que estoy respirando así y digo:” Voy a cambiar la respiración” y la hago profunda, amplia, lenta…
¡¡¡ ¡Qué demasiado, no? !!! Cuando hago esto ¿qué estoy haciendo? Que el Neurovegetativo comience a funcionar en el Parasimpático. Si insisto se va produciendo, por lo tanto, la relajación de los músculos; eso va produciendo que el ritmo del corazón se haga más tranquilo y más lento, que la circulación sanguínea se calme, que las funciones del cuerpo se vayan calmando, estoy relajando el cuerpo.

Pero antes he dicho, si tengo miedo estoy en el Simpático; ¿Qué pasa ahora si tengo miedo y empiezo a respirar profundamente? Si el miedo sigue no me deja respirar de esta manera, o si respiro el miedo desaparece o por lo menos disminuye; porque es antagónico tener miedo y estar relajado; no se puede tener miedo y estar relajado. ¿Alguno de vosotros ha conseguido eso? Cuando nos relajamos ¿qué ocurre?

No cambia lo que está ahí afuera estimulándonos para tener miedo, pero sí puedo cambiar mi respuesta.
Nosotros funcionamos por la dualidad estímulo-respuesta; somos como autómatas, nos mandan una señal, un estímulo, y automáticamente respondemos a esa señal. Hasta que uno se hace consciente, se da cuenta y dice: “Quiero responder de esta manera, quiero funcionar de esta manera, quiero estar aquí de esta manera”. ¿Cómo quiero estar, cómo quiero responder, cómo quiero sentir?

Después de esto es cuando uno comienza a trabajar para cambiar las respuestas. Yo no te puedo cambiar a ti, pero sí puedo cambiar yo; y al cambiar yo comienzo a emitir respuestas nuevas que son a su vez estímulos para el entorno; mis respuestas son estímulos para el entorno, así que el entorno va a tener que responder a los estímulos de otra manera; de esta forma, al cambiar yo cambia tambien el entorno. Por eso os decía antes que al hacer yoga vosotros, tambien los que están a vuestro alrededor cambian; ¿por qué? porque vuestras respuestas son otras y los estímulos son otros, y las respuestas a esos estímulos tambien son diferentes.
¿Veis el mecanismo? Pues está claro. Es decir, yo puedo cambiar las respuestas, no tengo por qué responder a esos estímulos como está estandarizado ahí, con esas respuestas automáticas. Puedo hacerme consciente, hacerme dueño de mí mismo y cambiar la respuesta y responder como yo quiero responder aquí y ahora, desde lo que soy en este instante, en este momento: Una persona adulta, consciente, responsable, que quiere funcionar como ella quiere. Eso es hacerse dueño de uno mismo, porque hasta ese momento somos marionetas, todo el mundo manda en nosotros menos nosotros.
¿Cuántas veces no has hecho algo por qué dirá la vecina? ¿qué dirán los demás? ¿pero tú quieres hacerlo?
“Sí, pero lo qué diran los demás…” o sea ¿quién manda en ti? Los demás. ¿Y por qué mandan los demás? ¿tú no tienes poder sobre ti mismo? Pues parece que no, que tienen los demás más poder sobre ti.
Si te gusta que sea así pues sigue; si no, algo tendrás que hacer para cambiar…

¿Cómo quiero que sea mi vida, dónde quiero estar, qué quiero hacer, cómo quiero funcionar, cómo quiero responder, cómo quiero relacionarme?
Y ahora, ¿qué tengo que hacer para eso? Pues hacerme dueño de mí mismo.
¿Y cómo me hago dueño de mí mismo? Pues relajándome, porque al relajarme las emociones, todos esos conflictos que me tienen ahí en tensión, van reduciéndose.

Entonces, todas las prácticas de yoga hasta este momento van dirigidas aquí: Vais a la escuela, hacéis respiraciones, hacéis posturas… ¿para qué sirven las posturas? Desde el punto de vista del yoga para hacer que la energía fluya correctamente, sin bloqueos; porque donde hay bloqueo hay enfermedad; al hacer las asanas deshacemos los bloqueos, la energía funciona correctamente y el cuerpo se relaja. La relajación tambien, los mantras tambien, van todos en la misma dirección, para construír la paz.

Bien, ya estoy relajado; ¿estoy en paz? Estoy más tranquilo, pero en paz no. Entonces, ¿cómo se construye la paz? Cuando profundizo en la relajación se segregan unas sustancias en la hipófisis y en los tálamos que se llaman encefalinas y endorfinas. Las endorfinas son unas sustancias naturales, que segrega el mismo cuerpo, que producen la inhibición del dolor y de las emociones; inhiben el dolor y las emociones, es decir, cuando segrega esas endorfinas se deja de sentir el cuerpo físico.
Por eso, bajo los efectos de la relajación profunda, se desarrolló una relajación profunda que se llamó sofrología. El doctor Kaicedo estuvo con los yoguis en la India y sacó del yoga la relajación, la aisló, hizo una relajación a lo bestia; bajo los estados sofrológicos, es decir bajo una relajación profunda, se hacen algunas operaciones menores sin anestesia porque no se siente el dolor; porque al segregar las endorfinas el dolor desaparece; no solo el dolor, sino la sensación del cuerpo.
Por eso en algunos momentos, cuando hacéis yoga, sabeis que hay un estado en el cual no sentís el cuerpo. ¿Por qué no sientes el cuerpo? Por las endorfinas.
Pero se inhiben las emociones, las emociones desaparecen en ese momento; y si no hay emociones hemos eliminado la causa del conflicto; y ahora sí que no hay conflicto y estamos en paz. Ahora estamos en paz.
Y alguno pensará, o todos: “Pero sin emociones no se puede vivir” Yo no he dicho que haya que vivir sin emociones; he dicho que cuando estás haciendo yoga, para alcanzar el yoga, es decir la percepción de la Verdad de ti mismo, en ese camino hay que construír la paz; y en ese camino, y en ese momento, hay que construír la paz, ahí sí que es necesario. Que desaparezcan las emociones porque estorban, como estorba el cuerpo físico que no hace más que molestar: “Me duele la rodilla, me duele la espalda…” “¡Fuera, desaparece!”
¿Y qué hacemos para que desaparezca? Magia.

¿Qué es la magia? La magia es el ejercicio del magisterio; ¿y qué es el magisterio? El magisterio es el poder del maestro; el maestro es maestro porque tiene poder sobre algo. A quién le llamamos maestro ¿al que enseña? No; algunos maestros enseñan y otros no; un maestro es el que tiene poder sobre algo. Un torero sale a la plaza y le dicen ¡ Maestro !
¿Qué hace el torero? ¿por qué es maestro? Porque tiene poder sobre el toro.
Un maestro albañil, de aquellos que construían las catedrales, era maestro porque tenía poder sobre las piedras y sobre las construcciones; son maestros porque tienen poder sobre aquello que tienen maestría.
El maestro de yoga, ¿sobre qué tiene poder? Sobre sí mismo, sobre su cuerpo físico, sus emociones y sus pensamientos, tiene ese poder.
Por lo tanto, ¿cómo eliminamos el dolor, es decir la sensación física y las emociones? Haciendo magia, utilizando el poder.
¿Qué poder? Ya hemos dicho: Relajación; profundizar en la relajación, segregar endorfinas; en ese momento estamos en paz; no hay emociones, estamos en paz. Pero es que además, al no haber emociones tambien ha desaparecido el sufrimiento porque hemos dicho antes que las emociones generan deseos, los deseos generan apego y el apego genera sufrimiento. Siempre que hay emociones hay sufrimiento; por esta cadena.
Si en este momento inhibo las emociones no solo desaparece el conflicto, tambien el sufrimiento, ¿no?
Entonces somos felices. ¿Qué es la felicidad? La ausencia de sufrimiento, lo que pasa es que es un estado muy aburrido. No todo el mundo sabe ser feliz, o puede ser feliz y disfrutar de la felicidad, porque la gente no busca la felicidad, la gente busca emociones, cuanto más intensas mejor.
¿Cómo nos divertimos? Pasando miedo. Nos vamos a tirarnos por un puente atados con una cuerda por los pies y cuanto más alto sea el puente mejor te lo pasas, o vamos a hacer descenso de cañones y casi te rompes un brazo, has estado a punto de ahogarte tres veces, te han hecho la respiración boca a boca, y dices: “¡Uy, cómo nos lo hemos pasado!” Vas a esos parques temáticos que han hecho esas construcciones de tortura, te montas, te atan, te dan vueltas por todas partes, la gente pierde las gafas, la cartera, la dentadura… y te dicen: ¿Cómo te lo has pasado? Y dices: ¡¡¡ “De miedo”!!!
Pues lo que están haciendo es sufrir, no están buscando la felicidad, buscamos sufrir para pasarlo bien; hay que estar loco; ¿no basta con el sufrimiento del día a día? Tenemos que provocar más sufrimiento y cuanto más intenso, mejor. Si la vida nos pusiese en un bicho de esos a dar vueltas, ¡cómo estaríamos! La culpa del Gobierno, de la sociedad, de no sé qué… ah! Pero como lo eliges tú y vas a pasar el fin de semana y lo pasas bomba…
¿Qué entendemos por pasarlo bien? Para ser feliz hay que ser otra cosa y disfrutar de la felicidad es otra cosa, por eso después de la felicidad viene el gozo, el gozo de ser feliz, pero para eso hay que tener otra conciencia.
Fijaros bien porque esto es importante: En ese estado estamos en paz y somos felices, pero es que además somos buenos, porque antes he dicho que no existe gente mala, existe gente con conflictos, y los conflictos cuando salen nos hacen hacer daño, pero si en ese momento no tenemos conflicto, ¿qué puede salir de nosotros? Paz. Si tú estás en paz e irradias paz eres bueno, ¿o no eres bueno? Eres incapaz de matar una mosca, porque para matar una mosca primero te tienes que enfadar. Tienes a la mosca zzzzzzzzzzzzzsssssssssssss y al final dices, “Ya estás otra vez aquí” porque te ha enfadado la mosca, porque si hubiese sido la primera vez…pero insiste, y hasta que no estallas… ¿no os ha pasado esto alguna vez? Cuando estamos en paz somos incapaces de matar una mosca, somos felices y somos buenos.

Pues este es el primer estado que hay que alcanzar para poder hablar de Yoga; aquí hemos llegado. Y para eso hemos tenido que utilizar las técnicas de yoga. Las hemos tenido que utilizar inteligentemente para alcanzar este estado, no de cualquier manera. Yo me pongo a hacer técnicas ¿y me van a producir este estado? Pues igual no, porque igual me pongo más nervioso; porque las estoy haciendo mal.
Pero tengo que ir ahí, esa es mi meta, y cuando alcance ese estado ya encontraré otras metas.
¿Y qué hacemos cuando todos los días de nuestra vida construímos un momento de paz? Si todos los días hacemos esto y construímos un momento de paz; si vamos sembrando una acción, y una acción y una acción, en este caso un momento de paz, un momento de paz… estamos construyendo un hábito, el hábito de estar en paz.
Fijaros bien, quien siembra una acción cosecha un hábito, quien siembra un hábito cosecha un carácter y quien siembra un carácter cosecha una vida. ¿Cómo es tu vida? Como es tu carácter.

Dices: “Yo no tengo amigos, ni nadie me quiere…” Por favor, ¡cómo te van a aguantar con ese carácter que tienes! Por favor, cambia el carácter!” “Pero si yo soy así qué le voy a hacer”…
No, no, ahora eres así, pero puedes cambiar; ¿y cómo se cambia esto? Pues cambiando los hábitos; ¿y cómo se cambian los hábitos? Cambiando las acciones. Cambiando las acciones construímos hábitos diferentes, los hábitos diferentes construyen caracteres diferentes y una vida diferente.
Si somos animales de costumbres, es decir animales de hábitos, pues hagamos que los hábitos sean buenos, aquellos que nos van a ayudar y no aquellos que se vuelven contra nosotros y nos perjudican o nos destruyen.
Al final somos responsables de nuestra vida aunque no lo sepamos y aunque le echemos la culpa a la mala suerte, al Gobierno, a nuestro vecino, al marido, a la mujer… ¿por qué? Pues porque la vida es como la hacemos y ¿cómo la hacemos? Como es nuestro carácter.
Así que si todos los días construímos un momento de paz estamos construyendo un hábito, el hábito de estar en paz, y ese hábito nos va a permitir alcanzar ese estado de paz cada vez con más facilidad, con más frecuencia, y quién sabe, quizás algún día podamos estar todo el día en paz; si el hábito es lo suficientemente consistente…
¿Y qué es estar en paz? ¿sabéis cómo se llama en sánscrito a la Paz? Shanti. El que tiene Shanti es un Santo. Un Santo es una persona de paz, que está en paz e irradia paz. Está lejos de la sabiduría todavía. No creáis que esto es muy importante; es importante pero uno no se puede quedar aquí; mientras estamos en paz somos santos porque somos buenos. ¿Qué os he dicho que había que hacer para ser santos? Ser buenos, verdad? Pues por ese camino nunca se alcanza esto, porque mientras tengamos conflictos no podemos ser buenos.
Para ser buenos primero hay que construír la paz. Por este camino sí.
¿Y cómo se construye la paz? Yendo en esa dirección. Ahora sí que podemos ser buenos porque la bondad es el aroma de la santidad y no al revés; si yo tengo aquí perfume de rosa, por mucho que eche perfume no salen las rosas, verdad? Pero si tengo rosas ¿qué esfuerzo tienen que hacer las rosas para oler a rosa? Ser ellas mismas. No por el perfume se consigue la rosa, pero sí por la rosa se consigue el perfume, pues aquí lo mismo, no por la bondad alcanza uno la santidad porque es imposible ser bueno si no se tiene paz.

Ahora solo hemos construído la paz. Estamos en el camino del Yoga. ¿Cuál es el siguiente paso que teníamos que dar?
Construír el silencio. ¿Qué es el silencio? ¿En nosotros hay ruido o no hay ruido dentro de nosotros? Todos tenemos un lorito dentro que no calla ni de día ni de noche, está ahí bla, bla, bla, todo el rato.
Ahora estoy hablando y vosotros me estáis escuchando, ¿verdad? Pues no, a mí no me estáis escuchando, a quien estáis escuchando es a vuestra mente que os está contando lo que yo os estoy diciendo. ¡A saber lo que cuenta! Y encima pone notas… “Pues no estoy de acuerdo, de dónde se habrá sacado este tío esto, nos está comiendo el coco…” ¿Veis? A mí no me estáis escuchando, estáis escuchando lo que vuestra mente dice que yo estoy diciendo ¡a ver si se acerca un poco!

Ese es el ruido que hay dentro de nosotros, ese bla, bla, bla… de la mente que está constantemente ahí: Pensando y pensando y pensando… eso es lo que tiene que desaparecer. Ahora vamos a trabajar en la mente; y ahora tenemos que utilizar las técnicas de yoga que tienen que ver con la mente. ¿Lo veis?

La mente puede estar en cinco estados:
- La mente muda, que es la mente en blanco; ese es un estado destructivo de la mente; es el estado de estupidez, cuando a alguien le llamas estúpido le quieres decir que tiene la mente en blanco. La juventud los fines de semana, después de la juerga, mucha gente termina así y no son estados yóguicos precisamente; les falta un montón de paz para conseguir la mente en blanco, les llamas y dicen eh? La mente… encefalograma plano. Y no es un estado yóguico, es un estado primitivo, ¡lo que nos ha costado hacer que la mente funcione para ahora pararla así sin más!

- El siguiente estado es el de la mente dispersa que es el estado común: Coge un pensamiento, pasa a otro, a otro, y no se queda en ninguno; va pasando de un pensamiento a otro y uno conduce a otro… para eso no hace falta más que oír las conversaciones de la gente en las cafeterías: Comienzan hablando de una cosa, y otra, y otra, van cambiando de tema y dices “dónde terminarán” ¿por qué? porque las palabras son pensamientos cristalizados, según como piense “esta” así hablamos: De moda, la playa, hijos, trabajo, política… ¿dónde va a terminar la conversación? Pero la mente ha hecho un recorrido sin pararse en ninguno ni profundizar en nada. ¿Qué tenemos que hacer con esto? Pues tenemos que hacer un trabajo de recogimiento, tenemos que enfocar la mente y para eso tenemos que elegir un objeto para llevar la mente hacia ese objeto; y cuando la llevamos, la mente se va. “Voy a pensar en el vaso: Vaso, vaso, vaso, vaso…” y se va. Pero como estamos haciendo yoga nos hacemos conscientes de esto y cuando descubrimos que la mente está pensando en la botella decimos: “al vaso”.” Vaso, vaso, vaso… “ y recogemos la mente cada vez que la observamos en otro pensamiento diferente al que hemos elegido.

- Esto es el tercer estado, de recogimiento; esto no se hace solo, lo tenemos que hacer y tenemos una técnica en el yoga que se llama “Abhiasa yoga” que es una técnica del ñaña yoga, del yoga de la mente, y consiste en esto. Abhiasa yoga tiene dos partes:

o La primera es observar el pensamiento sin intervenir, dejarle a la mente que piense y tú solo hacerte consciente, darte cuenta de lo que está haciendo.
o Y la segunda parte es elegir un objeto para pensar en él y cada vez que observamos que la mente se va, traerla; cada vez que observamos que la mente se va, traerla; así una y otra vez, una y otra vez. ¿Cuánto tiempo? Pues siempre que pensemos. Cuando pensamos siempre presente. Y así toda la vida. ¿Por qué? Porque no tenemos que dejar a la mente que haga lo que ella quiera, que es lo que hacía hasta ahora. Ahora la tenemos que recoger y tenemos que hacer que piense en lo que nosotros queremos que piense. Eso es importante. Cuando conseguimos por fin que la mente se centre pasamos al cuarto estado:

- El cuarto estado de la mente es el estado de concentración: Hacer que la mente se concentre. Y cuando somos capaces de mantener la mente concentrada durante un cierto tiempo en el objeto que hemos elegido pasamos al quinto estado:

- El quinto estado es el estado de Niruda, donde la mente parece que no está; que la mente ha desaparecido, pero no ha desaparecido dejándola en blanco, ha desaparecido manteniéndola concentrada, es decir, pensando; ese es el trabajo, esa es la técnica; cuando la mente desaparece parece que no está, pero sí que está; de repente ¿qué es lo que hemos construído? El silencio. El silencio. Ya se han dado los dos requisitos.

Los dos requisitos imprescindibles para alcanzar el Yoga: Construír la paz y construír el silencio.
Y ahora, en ese silencio se produce la meditación; la meditación es la única técnica que podemos decir que es el Yoga, porque es la que nos lleva a percibir directamente la Verdad de nosotros mismos. La Verdad de nosotros mismos.
¿Y qué es esa Verdad, eso que llamamos la Verdad, lo Real, el Ser? Eso que decía al principio que en nosotros no cambia; está siempre; y es lo mismo. Por eso tenemos que observarnos a nosotros mismos.
Y mirar, hay una técnica que se llama Bichara. Dos premisas:

- La Verdad no cambia
- La no verdad está constantemente cambiando

Entonces te observas y dices: Qué veo: Cuerpo físico cambia o no, ¿alguien tiene alguna duda? pues esto es no verdad. Las emociones cambian o no, pues no verdad. El pensamiento cambia o no, no verdad.
¿Hay algo más en mí aparte de eso? ¿algo que está ahí siempre?.
Eso se ve, en la gente que no sabe nada de estas cosas, un ejemplo: Coges el álbum de fotos familiar y dices: “Yo cuando tenía 12 años, cuando tenía 27, cuando tenía 50…” y dice: “Pues no te pareces en nada”; pero el que está diciendo eso está reconociendo algo que está ahí y es lo mismo: El Yo. Ese Yo es el mismo en todas esas fotos, no es otro; el cuerpo es diferente; si hubiésemos sacado la foto de las emociones y los pensamientos serían tambien diferentes, más diferentes que el cuerpo, pero a pesar de todo eso yo estoy ahí, en todas esas fotos, el mismo yo; no otro, soy yo. ¿Cómo puedo ser yo si de una foto a otra hay una diferencia, si no pareces el mismo? ¿Cómo puedo pensar a los 18 así, a los 55 así? No tienen nada que ver pero sigo siendo yo. Por mucho que cambie el pensamiento yo sigo siendo el mismo, por mucho que cambien las emociones, ahora estoy contento, ahora furioso, no dejo de ser yo porque mi emoción cambie. Igual te pasa a ti lo mismo…

¿Qué es eso que es siempre lo mismo y está en medio de todo lo que cambia? Pues ese es el objeto en el que tenemos que concentrar la mente. Eso es lo que tenemos que encontrar. ¿Que es eso que soy yo, que no cambia, que soy el mismo pase lo que pase en mí?

Si tienes un accidente y te quitan los brazos, las piernas, las dos orejas, la nariz, te quitan un riñón… te dejan con lo mínimo, hecho un tronco. ¿Dejas de ser tú? ¿eres la mitad de tú? Sigues siendo el mismo, enterito, no ha cambiado nada, ha cambiado el cuerpo físico pero tú sigues siendo el mismo.
¿Qué es eso que soy yo, que no cambia?

No se trata de dar definiciones, se trata de encontrar, de vivirlo, de sentirlo, de ser “eso”. Eso es el Yoga y ese es el objeto. ¿Cuándo se me revela eso que soy? En la meditación.
¿Y qué tenemos que hacer para meditar? Construír la paz. Construír la paz y construír el silencio.
Y ahí percibo la Verdad de mí mismo. Ahora sé quien soy yo en realidad: Eso que no cambia es lo que no nace y no muere, existía antes del nacimiento y seguirá existiendo después de eso que llamamos la muerte. Porque esos son los dos grandes cambios de la vida, de la encarnación; pero si no cambia, no cambia ni por el nacimiento ni por la muerte. Quien trata de encontrar eso, encontramos eso que en nosotros es siempre. Eso es Yoga. Encontrar quien soy en realidad y funcionar y expresarme desde ahí.

Hasta ese momento funcionaba desde la personalidad, los tres aspectos inferiores: Físico, emocional y mental. ¿Cuál es la característica de estos tres? Estos tres es lo que llamamos la persona o la personalidad, o el yo inferior, la bestia humana. Estos funcionan movidos por el deseo, es decir por el egoísmo; el deseo nos lleva a encontrar el objeto del deseo; siempre que hacemos algo es para buscar el objeto del deseo; eso es egoísta.

Cuando vamos más allá de la personalidad, más allá, cuando nuestra Conciencia se va más allá encuentra otro aspecto de nosotros mismos, y ahí es donde reside eso que antes hablabas y decías el Amor, porque el Amor no es una emoción, el Amor no es un sentimiento, el Amor es Comprensión.

Comprender significa abarcar, ¿y qué es lo que abarcamos? Aquello que conocemos, solo podemos comprender lo que conocemos, pero no lo que conocemos intelectualmente, porque esto no es conocimiento, esto son datos; el conocimiento es aquello que vivimos, lo que vivimos, eso es conocimiento. Pero los datos son datos, son información, cuando esos datos son vividos entonces se convierten en conocimiento.
Yo puedo estudiar 400000 libros sobre la natación y como los he estudiado bien puedo dar conferencias e incluso escribir libros sobre natación; y se puede dar la paradoja de que haga esto y no sepa nadar. Porque para nadar, ¿qué hay que hacer, estudiar? No, nadar, nadar; tirarse al agua.
Es decir, los datos son datos pero el conocimiento no son los datos, el conocimiento nos lo da la experiencia, la vivencia. Yo conozco la natación si sé nadar, y ¿qué he tenido que hacer para nadar? Mojarme. Pero puedo tener muchos datos sobre la natación y puedo dar conferencias, y no tengo ni idea.
Y eso nos puede pasar con todo; eso no es conocimiento, eso son datos. El conocimiento es otra cosa.
Si yo digo que me duelen las muelas, vosotros y habéis podido estudiar que las muelas duelen ¿habéis tenido alguna vez un dolor de muelas?, lo comprendo porque lo he tenido; eso es comprensión ¿qué podemos comprender? Lo que conocemos y ¿por dónde empieza la comprensión? Por uno mismo. Porque yo en la medida que me conozco, conozco a los demás porque lo que está en mí tambien está en los demás y si yo lo conozco en mí lo conozco en ti y eso me permite comprenderte, pero lo que no conozco en mí no lo conozco fuera de mí, por eso el conocimiento de uno mismo nos da la capacidad de comprensión. Comprender significa amar, eso es amar.
Por eso cuando en el yoga a veces en los textos dice: “Mata el deseo porque el deseo…” no hay que matarlo, porque el deseo es un instrumento que nos permite hacer cosas en la vida; lo que hay que hacer es sustituirlo; sustituírlo por algo que nos permita hacer lo mismo pero mejor. ¿Y qué es eso otro que puede sustituir al deseo? El Amor. Lo que hacemos ahora por deseo, más adelante, en la medida que se despierte en nosotros ese otro aspecto que está más allá de la mente, lo haremos por Comprensión de lo que es justo y lo que es necesario.
Cuando hago algo por deseo lo estoy haciendo para conseguir el objeto que me va a dar esa acción. Pero cuando comprendo que esa acción es importante, mi acción es lo importante, no las consecuencias de la acción; lo que estoy haciendo ahora es lo importante, las consecuencias no las tengo en cuenta; porque comprendo que eso es justo y es necesario. No hay que matar al deseo, hay que sustituirlo por la Comprensión, por el Amor.

La Comprensión es el Amor.

La Comprensión me permite acercarme a los demás pero no físicamente, sino acercarme del todo, porque cuando comprendo al otro me estoy comprendiendo a mí mismo, porque en la medida que me comprendo le estoy comprendiendo al otro; es decir, estoy viendo al otro en mí y lo que hay en mí en el otro; porque es de esa manera que se comprende. El acercamiento ¿que es? no somos tú y yo, somos los dos uno porque lo que está en mí está en ti y lo que está en ti está en mí; eso es el Amor. El Amor me permite aceptar al otro, como comprendo, acepto; no podemos aceptar lo que no comprendemos; por eso muchas veces rechazamos a los demás, ¿por qué los rechazamos? Porque no los comprendemos y nos asusta; solo aceptamos aquello que comprendemos y solo toleramos aquello que aceptamos: A tu hijo le aceptas y le toleras muchas cosas, pero al hijo de la vecina no.
Y cuando aceptamos y toleramos somos capaces de colaborar con el otro, ayudarle al otro y ayudarnos con el otro. Eso es importante: Comprensión, aceptación, tolerancia, eso es Amor, y no esa cosa tonta y sensiblera que la gente entiende por amor; eso es una emoción y como toda emoción cambia según sopla el viento .

La Comprensión no cambia nunca, porque lo que yo comprendo hoy lo comprenderé toda la vida y lo que comprendo en una persona lo comprendo en todas las demás. Si tú comprendes el dolor de muelas en uno lo comprendes en todos.

Y esto es el Yoga. En el camino del yoga vamos encontrando todo esto. Llegar a conocer la Verdad de nosotros mismos. Y esa Verdad luego hay que expresarla. ¿A través de qué la expresamos? A través del pensamiento, del deseo y de la acción. Hay que encontrar eso en nosotros y luego expresarlo fuera de nosotros; y ese es el trabajo del yoga: Primero hay que ir hacia dentro y luego lo que está ahí dentro sacarlo fuera. ¿En qué dirección van todas las técnicas? En conseguir esto.

¿Es cierto que cuando vamos caminando hacia aquí vamos consiguiendo otros efectos? Pues claro que sí, esos son los efectos colaterales: Hacemos esto y sentimos que estamos más sanos, más jóvenes, se nos van las arrugas… pero no es ese el objetivo. El yoga no es eso, el yoga es lo otro, pero como consecuencia de este trabajo sí que se van produciendo unos efectos.

Eso viene en el Evangelio: dice: “Busca el Reino de los cielos y lo demás se te dará por añadidura”.
¿Dónde está el Reino de los cielos? El Reino de los cielos está en nosotros. Esos planos diferentes; tenemos el yo inferior: Los tres cuerpos: Físico, emocional y mental, con los que funcionamos.
Pero luego tenemos más allá otros aspectos: Lo inferior y lo que está más arriba, lo que está más arriba son los cielos.
¿Dónde está el cielo? En nosotros, ¿dónde está la tierra? En nosotros, ¿dónde está el infierno? En nosotros
¿Dónde vivimos? Donde elegimos. Antes igual no podíamos elegir, pero ahora, a partir de hoy, puedo elegir dónde quiero vivir: En la tierra o en los cielos.
¿Dónde vivimos? Allá donde está nuestra Conciencia, donde reside nuestra Conciencia, ¿en lo inferior, en lo superior?
Pero si vivimos en lo inferior ¿qué expresamos? Lo inferior.
Si vivimos en lo superior, ¿qué expresamos? La carácterística de lo superior.
¿Qué es lo que expresamos, qué es lo que irradiamos, qué es lo que emitimos? Pues aquello que tenemos, no podemos transmitir algo que no está en nosotros. Y esta es la aventura del yoga, ¿a qué es fantástico?.

¿Para qué sirven las técnicas? Pues para hacer este camino, pero las técnicas no nos van a dar esto, nos van a facilitar el alcanzar esto; ¿con qué tenemos que alcanzarlo? Despertando y ampliando la Conciencia, haciendo que esa Conciencia se abra; ¿qué es la Conciencia? la conciencia es el Conocedor Interno, eso que en nosotros conoce; diferente del pensamiento, porque nosotros podemos pensar muchas cosas pero no nos hacemos conscientes de todo lo que pensamos, y solo conocemos aquello de lo que nos hacemos conscientes. A veces te habrá pasado que transitas por algún sitio y un día descubres algo y dices: “¿Uy, cuándo han puesto esa figura ahí?” “Ha estado siempre”; “pues yo es la primera vez que la veo”. Seguro que la has visto siempre pero hasta ese momento no te has hecho consciente, y solo conoces aquello de lo que te haces consciente, aunque lo estés viendo.

Hay una película que se titula “Y tú qué sabes” que dice que los indios de America no veían los galeones de los conquistadores españoles porque como no los conocían no podían reconocerlos; y los tenían delante de los ojos. Y dices, ¿cómo una cosa tan grande no se puede ver? Ver sí se puede, pero otra cosa es que te des cuenta, que te hagas consciente. Y esa es la aventura del yoga. Hacer que esa Conciencia se expanda, la expansión de la Conciencia para darnos cuenta cada vez de más aspectos de nosotros mismos; y en la medida en que conocemos, al darnos cuenta, más aspectos de nosotros mismos tambien conocemos a los demás.
¿Y qué es esa Conciencia, qué es eso que conoce, eso que está aquí en nosotros?. Ahora nosotros ¿nos damos cuenta de que estamos aquí, nos damos cuenta de que estamos vivos, nos damos cuenta de que nos estamos dando cuenta? ¿Con qué nos estamos dando cuenta?
Hay algo que tiene la facultad de darse cuenta, de hacerse consciente, ¿qué es eso?
Eso es el Yo que señalaba el de las fotos; eso que llamamos yo es eso que conoce, eso que está ahí haciéndose consciente.
¿De qué se hace consciente? Pues depende de la expansión que haya desarrollado.
Se dice que la Conciencia duerme en el mineral, sueña en el vegetal, se despierta en el animal y se hace autoconsciente en el hombre. ¿Cuál es la meta? Hacernos autoconscientes.
¿Qué significa esto? Conocer nuestra propia Conciencia, ser conscientes de nuestra Conciencia, de lo que llamamos nuestra Conciencia, del Conocedor Interno y eso amigos se nos revela ¿donde? En el silencio.
Y esto que estoy diciendo se ha dicho muchas veces y de muchas maneras.

Un día se le acercaron a Jesús sus discípulos y le dijeron: “Maestro, ¿cómo podemos orar?”
¿Y cual fue su respuesta?: “Haz yoga”
Lo dijo con otras palabras: “Haz la paz con tu vecino, entra en tu aposento, cierra las puertas y ventanas y allá en el silencio habla con el Padre”.

Entra en tu aposento: ¿Cuál es nuestro aposento?
Haz la paz con tu vecino: ¿Quién es nuestro vecino? El que vive con nosotros, ¿quién vive con nosotros? Pues eso que está ahí en conflicto; ahí hay que hacer la paz.
Cierra las puertas y ventanas: ¿Cuáles son? Los sentidos. Porque los sentidos nos dan la información del mundo externo, pero lo que tenemos que encontrar está en el mundo interno.
¿Cómo pasamos del mundo externo al mundo interno? Porque cuando los sentidos están enfocados en el mundo externo nuestra Conciencia está enfocada en el mundo externo. ¿Cómo hacemos que nuestra Conciencia se enfoque hacia dentro, hacia sí misma? Si quitamos la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto, ¿donde está el mundo externo? Ha desaparecido
Pero nosotros hemos desaparecido, ¿o no? ¿Seguimos estando ahí donde estamos? Si no hay mundo externo, ¿dónde estamos? En el mundo interno, dentro de nosotros. Y allá en el silencio, allá en el silencio aparece el Ser, la Verdad, la Vida, aquello que siempre ha estado. La Vida, aquello que es siempre, que es eterno.

FIN



Cuenta Madhava que le preguntaron en una tienda “¿Tú que tomas para estar siempre contento?”
Y él reflexiona: “¿Es que hay que tomar algo para estar contento o qué?”

Su respuesta: Hay dos artículos a tener en cuenta:
Artículo 1º - Estaré siempre contento
Artículo 2º - Cuando no esté contento se aplicará el artículo primero