BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DEL YOGA:
Las diferentes técnicas de Yoga trabajan a nivel de toda la persona en sus diferentes aspectos:
- físico.
- emocional.
- mental.
Basaríamos nuestro trabajo en cinco pilares importantes, como son:
- una correcta respiración.
- una alimentación equilibrada.
- un ejercicio físico equilibrado.
- prácticas de relajación.
- una actitud mental positiva.
Por lo que se puede observar, en estos cinco puntos confluyen prácticamente todas las actividades que una persona realiza. Por lo tanto, trabajando sobre ellos intentamos reeducarnos para, de esta manera, mantener un perfecto estado de equilibrio en los tres niveles anteriormente citados.
Respiración: Si en nuestra vida hay algo imprescindible, ese algo es el aire que respiramos. La vida comienza con una inhalación y acaba con una exhalación de aire, siendo este gaseoso alimento el más consumido por nuestro organismo (13.000 litros / día), la función que lo regula, la respiración, apenas es tomadas en consideración.
La respiración no es únicamente “meter y sacar aire”; tiene además profundidades y altas implicaciones tanto mentales como biológicas. El profesor holandés André Van Lysebeth, licenciado en Yoga, tras 20 años de práctica y enseñanza nos dice al respecto: “...concedo una importancia primordial a la respiración. Observo que casi sin excepción, las personas que tienen una caja torácica desarrollada (y que se sirven de ella) viven sin problemas, es decir, logran resolverlos a medida que se presentan. Los que respiran mal se debaten en innumerables dificultades en todos los dominios: salud, profesión, afectividad. Son por desgracia la mayoría porque, de hecho, todos respiramos más o menos mal. ¡Cuántos pobres pulmones de civilizados no se ventilan nunca a fondo!”
La función respiratoria al estar condicionada por una serie de grupos musculares necesita ser puesta al día y ejercitada plenamente, ya que además de constituir una excelente medida higiénica, aumenta nuestra capacidad pulmonar, curiosamente denominada capacidad VITAL.
Alimentación: Todos sabemos que para construir una buena casa es necesario utilizar los mejores materiales posibles. Siendo nuestro cuerpo nuestra única y verdadera casa, ¿por qué no actuamos de la misma manera?
Partimos del principio que la alimentación es el medio de construir el cuerpo, que todo lo que comemos acabará formando parte de nuestra propia carne, por tanto, hemos de incidir en el consumo de alimentos adecuados y no degenerativos, de sabor agradable y que nos hagan disfrutar de la comida. Prodigar la ingestión de vegetales, frutas, hortalizas y legumbres, por su capacidad depurativa, lo cual no significa regímenes estrictamente vegetarianos, sino más bien atóxicos, evitando todo exceso de grasas animales, alcohol, etc.
Ejercicio: Es lógico considerar que nuestro cuerpo constituye un mecanismo diseñado para el movimiento y si le privamos de él se anquilosa y enferma. La falta de movimiento hace que los músculos se acorten, el juego fisiológico se reduzca y la circulación sanguínea empeore.
Ante tan desagradables consecuencias, el hacer ejercicio se ha puesto de moda en nuestra sociedad. Aunque, en principio, esto lo consideramos bueno, desde el punto de vista yóguico, pensamos que todo ejercicio debe contemplar en su estructura los factores de firmeza y comodidad (tensión-relajación)
Las posturas yóguicas (asanas) basadas en la ausencia de sufrimiento y en la lentitud de ejecución, estiran con suavidad y precisión los músculos, soltando las articulaciones y flexibilizando ese “árbol de la vida” que es nuestra columna vertebral.
Los textos clásicos de yoga nos dicen que una columna rígida implica vejez, aun siendo quinceañeros y una columna flexible indica juventud aunque seamos centenarios.
Descanso: Desde que la luz eléctrica hizo su aparición en la vida del hombre, sus horas de trabajo y de ocio se han ido prolongando en detrimento de sus horas de reposo.
Este desequilibrio ha dado origen a enfermedades tan importantes como el estrés, el insomnio, etc., ya que el descanso constituye ese elemento fundamental para la reconstrucción celular y para un buen equilibrio psicológico.
Las técnicas de yoga de relajación dirigida son una ayuda para lograr profundidad en el descanso; personas que necesitaban diariamente el uso de somníferos han conseguido prescindir de ellos gracias a dichas prácticas.
Actitud mental positiva: Ya lo decían los sabios de la antigüedad: “mens sana in corpore sano”. Posiblemente sino acometiéramos el trabajo, en todos los aspectos anteriormente expuestos, con una actitud mentalmente positiva el beneficio deseado no sería obtenido.
Con esa actitud pretendemos crear un hábito de pensamiento de autoestima y autovaloración. Cada uno de nosotros es valioso simplemente por estar vivo, por poseer un cuerpo capaz de hacer cosas y una mente que razona y emite conclusiones, independientemente de que lo hagamos mejor o peor.
Sin pretender caer en romanticismos ni visiones rosas de la vida, somos plenamente conscientes de que vivir en los momentos actuales reviste muchas dificultades, pero creemos que gran parte de esos conflictos y problemas son creados en nuestra propia mente, la cual tiende a negativizarlo todo. De esa forma, acuden a ella elementos negativos generando con ello un círculo obsesivo de difícil escapatoria.
Positivizar el pensamiento requiere un gran esfuerzo y disciplina, pero ciertamente merece la pena el proyecto porque la vida adquiere unos perfiles jamás imaginados, en modo alguno ilusorios.
RESULTADOS PRÁCTICOS:
Hoy en día cada vez es mayor el número de personas que acuden a un centro de yoga enviadas por sus médicos, masajistas o psicólogos. Los cuadros más usuales que presentan dichas personas son por orden de incidencia:
1º Problemas nerviosos: estrés, depresiones, falta de concentración, insomnio, neurosis, etc.
2º Problemas de estructura: desviaciones de columna, lumbociáticas, rigidez general, etc.
3º Problemas digestivos: estreñimiento, úlceras, gases, etc.
No podemos afirmar que todas las personas que han acudido a nuestras escuelas con estas u otras enfermedades hayan sido curadas. Lo que sí podemos constatar, e incluso corroborar con informes médicos, es que muchas de ellas han mejorado de forma ostensible y algunas han curado totalmente sus dolencias.
También acuden a las clases personas sin ningún síntoma de enfermedad, impulsadas por el hecho de mejorar su calidad de vida.
SECTORES A LOS QUE PUEDE DIRIGIRSE ESTA DISCIPLINA:
Es corriente pensar que los ejercicios de yoga son de difícil ejecución, que es necesario ser poco menos que un acróbata o un fakir. Pero esta es una idea equivocada.
Desde una concepción yóguica, no se trata de realizar las prácticas en una actitud competitiva (ni con los demás ni con uno mismo), sino que se trata de adecuarlas a las limitaciones físicas de cada individuo.
Dicho esto, es obvio que cualquier persona, entre los cinco y los cien años puede ser un potencial practicante de yoga. No obstante, se obtienen mejores resultados cuando la enseñanza va dirigida a grupos más homogéneos, como pueden ser:
- niños (entre 8 y 15 años)
- grupos de personas entre 15 y 65 años
- tercera edad
CONFIGURACIÓN DE LA CLASE DE HATHA-YOGA:
- exposición teórica de los diversos temas citados en este informe (15 minutos)
- ejercicios respiratorios (15 minutos)
- práctica de asanas (40 minutos)
- relajación dirigida (20 minutos)
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